- Área: 119 m²
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Fotografías:Victor Hugo
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La mesa está puesta!
Siempre que se trata de crear una marca desde cero, para corporativizar, embellecer o modernizar un concepto tradicionalmente asociado a los bajos costos y la inmediatez, como el caso de la comida para llevar, siempre existe el riesgo latente de arrebatar al mismo tiempo el aura, el sentimiento y la postura accesible que suelen tener este tipo de establecimientos comerciales.
Por lo tanto, la operación de transformar un antiguo garaje ubicado en un sótano en el centro de Sabadell, en una pasarela para la "Alta Cocina Pret-a-Porter", fue evidentemente planteada desde un principio como un gran reto que requería armonizar todas las contradicciones que surgieron de la fusión de dichos conceptos, mientras que la distribución de los espacios y toda la presentación de la marca debía cumplir con las necesidades de dos actividades muy distintas, acoger dos públicos diferentes, y promover, al mismo tiempo, dos formas de consumo; el catering de alto estándar y cenas gourmet de bajo costo.
Además del típico mantel de cuadros, configurado a partir de una combinación de porcelanas rayadas en blanco y negro, un área de acceso público fue generada mediante la instalación de un gran mostrador de paneles de madera en aglomerada barnizada. Esta pieza única de mobiliario, que agrega calidez al ambiente monocromático, incluye una vitrina refrigerada donde los platos se muestran a la manera de piezas de joyería, bajo rayos de luz que emanan de cinco lámparas colgantes con sombreros de cocinero blancos como pantallas.
Los muros y techos negros parecieran querer pasar desapercibidos. Sin embargo las líneas de cuerdas de esparto los integran al espacio, dándoles una nueva textura, simbolismo y mediante la perspectiva, una sensación de profundidad mayor espacio. Los bastidores con botellas individuales que se instalan sobre este muro, junto con el muro de pizarra, terminan por refutar la timidez inicial del exterior.
Los colores y la gráfica de la tienda responde a la imagen corporativa diseñada especialmente para la marca, y esto a su vez está estrechamente relacionado con la estética del lugar, ya que nacieron en paralelo.
Esta simbiosis se hace evidente en la fachada, que combina el patrón gráfico de los manteles, el logotipo, los “valores” corporativos (en lugar de colores), el panel de madera, la transparencia del vidrio y la iluminación puntual como preludio a una experiencia que tiene como objetivo estimular todos los sentidos.